El abrazo de la mariposa, además de ser un estiramiento físico, puede adaptarse como una técnica para calmar la ansiedad mediante una combinación de respiración consciente y relajación.
Encuentra un lugar tranquilo: Busca un espacio donde te sientas cómodo y puedas relajarte sin interrupciones
Adopta la posición inicial:Siéntate en el suelo o en una silla con la espalda recta y los pies apoyados en el suelo
Cruza los brazos: Levanta ambos brazos al nivel de los hombros y cruza los brazos delante de ti, como en el paso 2 de la versión física del abrazo de la mariposa.
Entrelaza los brazos y cierra los ojos: Entrelaza los antebrazos y cierra suavemente los ojos. Esto ayuda a centrarte más en ti mismo y en la sensación del abrazo.
Respira profundamente y conscientemente: Comienza a inhalar lentamente por la nariz, llevando el aire hacia el abdomen y sintiendo cómo se expande tu torso. Luego, exhala suavemente por la boca, liberando toda la tensión y el estrés.
Visualiza la calma: Mientras mantienes la posición del abrazo, visualiza una sensación de calma y tranquilidad que te envuelve. Puedes imaginar que estás en un lugar seguro y acogedor.
Mantén la postura: Permanece en esta posición durante varios minutos, continuando con la respiración consciente y la visualización de la calma. Trata de liberar cualquier tensión que puedas sentir en los hombros y la espalda.
¿Para qué sirve el abrazo de la mariposa?
Alivio de la tensión muscular: Ayuda a relajar y elongar los músculos tensos de la espalda y los hombros, especialmente después de períodos prolongados de estar sentado o en posiciones que generan tensión.
Mejora la flexibilidad: Al estirar los brazos y los músculos de la parte superior del cuerpo en la posición del abrazo de la mariposa, se favorece la flexibilidad y la amplitud de movimiento en los hombros y la parte superior de la espalda.
Promueve la relajación: Realizar este ejercicio puede inducir una sensación de relajación general, tanto física como mentalmente, debido a la combinación de estiramiento y respiración consciente.
Mejora la postura: Al estirar los músculos de la espalda y los hombros de manera regular, puede ayudar a corregir desequilibrios musculares que contribuyen a una mala postura.
Previene lesiones: Mantener la flexibilidad y la movilidad en los músculos de la espalda y los hombros puede reducir el riesgo de lesiones musculares y articulares, especialmente en personas que pasan mucho tiempo en posiciones estáticas o realizando actividades repetitivas.
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